miércoles, 19 de marzo de 2008

TECNOADICTOS

Desde que Darwin dejó aparcadas sus notas sobre la evolución de las especies, no se ha vuelto ha mencionar a tan prolifico observador más que en las repetitivas clases de biología del Instituto. Pongo a Dios por testigo, que si lo que veo con mis propios ojos no es continuidad de la teoria Neodarwinista, solamente me queda pues convertirme a jesuita en el Monasterio de Monserrat.

¡¡ Madre mía, que estoy diciendo !! Perdonenme comunidad cientifica por mi desmedido intrusismo, no tengo el que ni soy el don, pero si la certidumbre de un fiel observador.

Las nuevas tecnologías de la comunicación se han incorporado a nuestras vidas para lo bueno y lo malo. he comenzado a diagnosticar ciberadicciones, aunque otros evitan estos términos. Para algunos, el ordenador o el teléfono móvil son ya compañeros imprescindibles. ¿Dónde acaba el hobby y cuándo empieza la adicción? La adicción a Internet tiene ya un tecnicismo que la define, la conocida como IAD (Internet Addiction Disorder). ¡ Dios Santo!, ¿Cómo es posible? La copa de mi indignación está colmada.

Voy por la calle, con orejas de lobo feroz, y ojos de lechuza en pleno vuelo nocturno. Como diria mi abuela, con el satelite puesto. Ni que decir tiene puesto que mi afán es situarme en la sociadad actual, de investigación sociologica, psicologica, y antropológica, que voy a calar y catar, zapeando todos y cada uno de los individuos que se me cruzan puestos a mi alcanze como el pluralismo de la sociedad, dicho sea lo puesto en cursiva con el sarcasmo y retranca que, tratándose de un troglodita escéptico y geológicamente fosilizado, como yo lo soy, cabe imaginar.

¿Morderá esto de la tecnología?

Todo lo que nos rodea es pesimo y agobiante consumismo tecnologico. El siglo XXI en el que hemos entrado rinde tributos a los futuristicos tópicos que se lanzaban en los años 70 y 80. Telefonos Moviles, MP3, DVD, internet,WAP,TFT, microordenadores, PDA y un sinfín de aparatos y mezcla de cacharros electronicos cuecen los dias en el que nos toca vivir. Y como conseguencia de tan aparatosa tecnologia surge la figura del Tecnoadicto, evolución del ser humano, o ¿tal vez debiera corregir involución?

Si usted se había acostumbrado a vivir con los "metrosexuales" y hasta le daba curiosidad verlos sentados en el sillon de la peluqueria con los mechones de pelo untados en tintura rubia y la mano extendida en la mesita de la manicura, bueno, sepa que ese modelo de hombre está pasado a la historia.
No es que ya les interese la moda y la decoración de interiores. ocurre que la era digital ha dado a luz a una criatura un poco menos frívola, y no tan pendiente del aspecto exterior, pero igualmente hedonista y adicta al consumo. lectores, ha llegado el tecnosexual o tecnoadicto.

La navegación por Internet ha pasado de ser una conducta de trabajo u ocio a convertirse en una necesidad. El usuario pierde el control sobre su conducta, sufre síndrome de abstinencia si no se conecta. La adicción al ratón es tan nueva que no hay cifras ni estudios epidemiológicos fiables; de hecho, algunos expertos consideran que Internet no es adictivo, sino un nuevo soporte para enganches ya conocidos, como la adicción a las compras, al sexo o al juego. Como cualquier novedad, los recién llegados al mundo de la Red experimentan un notable interés por todo. Chats, foros, correo electrónico… El neófito en las nuevas tecnologías se empieza a aclimatar a un nuevo entorno y va pasando las fases propias de una nueva actividad. Se conocen las herramientas y se eligen aquellas que sirven o interesan a cada usuario. Algunos se atascan en esa fase de aclimatación. Esos individuos son los que tienen problemas.

¿Qué tiene la Red que tanto engancha? Para algunos es la posibilidad de demostrar la destreza personal, la brevedad entre el clic y el resultado, la posibilidad de acceder a información especializada con facilidad, la interactividad y la tensión que genera. Hay tantas razones para adentrarse en la aldea de MacLuhan como usuarios en el mundo.

El llamado tecnosexual ("tecno", por tecnología; "sexual", porque asumen su costado femenino, lo que no implica una determinada orientación) es un hombre de entre 25 y 40 años que no sale de su casa sin un kit básico, compuesto por los últimos inventos de la industria digital. Son chicos cosmopolitas, tecnoadictos y muy fashion.

No es difícil entender por que la gente pasa cada día más y más horas en Internet, y o jugando videojuegos. Son medio entretenidos, siempre cambiantes y atractivos lo que nos hace desear tener más y más ...... Lo que es algo mas complejo de asimilar es que este comportamiento pueda llegar a convertirse en una adicción.

España es otro de los cientos de países colonizados por los teléfonos móviles. Es casi un apósito de la mano, aunque con los nuevos complementos ya no hace falta ni acercar el auricular al oído.”Al salir de casa sólo necesitas tres cosas: las llaves, la cartera y el teléfono”. “La factura telefónica ha entrado dentro de los gastos fijos. “Antes de mes hago el cálculo de lo que tengo que apartar para el alquiler. Y el siguiente gasto que miro es el móvil. La factura no baja de los 120 euros, y ha habido meses en los que he pagado hasta 190, lo que viene a ser una quinta parte de mi sueldo, que no es mucho”.

La cobertura; una palabra que hoy por hoy es santo y seña de cualquier conversación. Se maldice, se busca, se desea… “No soporto no llevar el móvil, quedarme sin batería o perder la cobertura. Es la ley de Murphy. Basta con que tengas el teléfono apagado para que te llame un montón de gente”.

Es una necesidad “superflua y auto impuesta. Antes se quedaba a una hora y allí se iba. Ahora no. Ahora te llamas una hora antes para quedar, o te mandas un mensaje. Si llegas tarde vuelves a llamar, y si estás esperando te pones a jugar o a mandar mensajes a amigos. Es como el tabaco. Los mensajes tienen algo especial. Son como las palomas mensajeras del siglo XXI. Lo malo es la posibilidad de interactividad. No te conformas con un mensaje. Te responden y tú vuelves a responder, así que se acaba convirtiendo en chatear. Piensas que sólo son cinco pesetas, pero sumando… Al final acabas pagando facturas como elevadísimas. Las promociones de las teleoperadoras son muy tentadoras”.

El móvil se ha convertido casi en una necesidad social. “Un día sin teléfono es una pesadilla. Te da miedo de quedarte solo, así que con él en la mano evitas la soledad. Sabes que tienes a toda tu agenda junto a ti, y, si sientes la necesidad, llamas”.

Recuerdo cuando vi por primera vez un móvil, ahora lo pienso y podría decir que era un arma de defensa personal. ¿Que tiene la tecnología? ¿Porque todo el mundo va por la calle, aparte de aparentar ser zombis moribundos, presumiendo de tecnología?

Recuerdo que antes cuando era más joven, me divertía jugando al fútbol, haciendo travesuras, todo el día en la calle. Ahora cualquiera que veas por la calle tiene algún tipo de aparato. Por más que lo intento no lo puedo asimilar.

Para más recolmo los teléfonos móviles ahora vienen con cámara de fotos, música y un sinfín de opciones de lo más inverosímiles, que los hacen más atractivos para los empedernidos consumistas. Lo que no acierto a comprender es que haya competición por quien lleva el último modelo. Realmente es todo un espectáculo callejero.

Me pregunto si a los fabricantes se les habrá olvidado la opción de llamar en un teléfono.

Solo me he comprado dos teléfonos móviles en mi vida, pero recuerdo especialmente la primera ocasión. Por aquel entonces yo seguía siendo como ahora un abnegado para la tecnología, pero más jovenzuelo, es más, pregonaba mi actitud antimovil ante mis amigos. Ahora sigo siéndolo, y espero no cambiar. Me acerqué al pequeño mostrador donde casualidades de la vida, una fémina saco sus garras del mostrador para ofrecerme lo que yo estaba buscando.

Entonces el Boom de la tecnología no era tan acusado como ahora, haciendo un símil podríamos decir que estaba aprendiendo a andar. La sedienta vendedora, empezó a abrumarme con marcas, modelos, opciones, y un sinfín de paracletos que yo no entendía. En un momento de lucidez, le señale el modelo Alcatel 311 One Touch, siempre me acordare por si reconocible tamaño. Me interese por ese modelo, porque para la época era bastante económico y relativamente pequeño. A la mujer no se le ocurrió otra mejor cosa que decirme desanimada. “Pero este móvil no tiene juegos, ni nada” Yo, atónito saque fuerzas de flaqueza y le respondí. “Esque yo solo quiero llamar por teléfono”. La expresión de la mujer paso en unos instantes de decepción a absorta. Fue tal su impacto absurdo, que se limito silenciosamente a guardar el teléfono en su respectiva caja y cobrármelo. Yo creo que se debió sentir humillada por tanta sinceridad, al creer ella que estaba vendiendo caramelos y golosinas en una tienda.

La pasión por las nuevas tecnologías les lleva a estar permanentemente conectados, desde cualquier lugar y en cualquier momento, lo que de vez en cuando le crea algunos problemas. Internet se ha convertido en una de las formas de ocio más extendidas en el mundo, tanto que en algunos países está desbancado a la sacrosanta televisión. Y los juegos en red son una de sus ofertas.

Bien cierto es que en esta alocada y surrealista carrera de lo digital se podría promocionar una producto idóneo para tecnoadictos. BUFANDAS PARA TECNOADICTOS en un anuncio publicitario dentro sin precedentes.

Si estas harto de que te interrumpan mientras juegas en tu PSP estas bufandas son para tí. Diseñadas por Joe Malia, van desde tu cabeza hasta el gadget o monitor que quieras y se estiran para que solo tú puedas estar viendo lo que sucede.

Los problemas vienen al intentar respirar, además de que no parecen muy cómodas y dudo mucho que quieras andar por la calle luciéndolas.

Esta actitud de frenesí y oleada de humanos High Tech enfermizos que contaminan las vías publicas con teléfonos a modo de radios a toda pastilla, cámaras digitales para regalar, de cuantos más píxeles mejor, ordenadores portátiles para no dormir, y cualquier atisbo de “cibercultura” es tan artificial que resulta correoso para el ser humano decente y normal. Contemplo jocoso de cómo las personas viven encadenadas, y de cómo se redimen ante lo innecesario durante tantos siglos de existencia banal acelerados por esta moda que no hace más que seseras vacías. No quiero ensañarme. Para quitar algo de hierro a esta sarta de aviesas comparaciones le diré que peor aún debió de ser la situación en la película homónima de Terminador, la rebelión de las máquinas. Lo dicho, pues… A situación de emergencia, toque de rebato. Señorías, están ustedes completamente equivocados. El mundo no avanza. Retrocede.

Lo suscribo. ¿Por qué se dice siempre —en todas las épocas, en todos los lugares— que cualquier tiempo pasado fue mejor? Así es, y eso sirve también para mí y para cuanto había en el mundo cuando yo vine a él. No me refiero al franquismo, que es anécdota pasajera y bagatela exclusivamente española, sino al planeta entero y a cuanto en él se cuece. Lo de ahora es infecto; en lo de entonces, no todo lo era; y en cuanto a lo que se avecina… Mejor salgo corriendo.



No hay comentarios: