martes, 22 de abril de 2008

Callejeros 3

SALVADOR

No se inquieten. No quiero salvar a nadie. No me gustan los salvadores ni quienes se meten a redentores. No soy cristiano. No soy socialista. No soy de izquierdas. No pertenezco a ninguna oenegé. No creo que sea posible otro mundo. Ni siquiera, caso de que lo fuese, me parecería deseable. En el Egipto de Sinuhé se decía: así ha sido siempre y siempre será así. Mi maestro Sócrates-lo recordaba el otro día de Victoria, que gran maestra feminista- dijo que la fe salva, luego es falsa. Lo suscribo, pero suscribo también, porque no es contradicción, sino corroboración, lo que a su vez arguyó Leonardo: salvaje es quien se salva. Yo lo soy.

Almazora, donde sigo, es pagana, es cristiana, es nietzscheana, es apolínea, es dionisíaca, es Gioconda, es —incluso— socialista (lo que demuestra que nada ni nadie es perfecto) y da, por ello, para mucho. Da para tanto que el otro día, aunque no estemos ya en Semana Santa, encontré a la vera de donde vivo, un tremendo berenjenal de policias tapados hasta la mismisima coronilla escudriñando lo que ya tardaba en preveerse. La autoridad es tardía, pero de momento es algo eficaz, llevandose presos a los incautos gitanos, que no todos, por su soberbia desfachatez.

Por algun lado de la cama tenían que caer. Coches alemanes y no alemanes de alto poder adquisitivo, reformas del cuarto de baño cada més, ruidosos quads para toda la familia, y jamón y champán del bueno para cenar. El negocio más prolifico de una de las familias más conocidas de almazora, daba para montar decenas de armerias para comprar balines de escopeta. Tres familias fueron usurpadas de su placentero sueño matutino. ¡Oh, que lástima tener que madrugar para ir a chirona!

Y no pasó nada. Nadie se quejó

Desde entonces, la calle en donde vivo goza de aparcamiento público. Silencio absoluto, los peces gordos aun no han caido. El desvío de la autopista AP-7 que pasaba por Santa Lucia ya lo han reparado, de momento. Hasta diría que la calle huele mejor, y habeces incluso como si hubiera más aire. Se esconden en su guarida del acecho de las redes de pesca. Saben donde se esconde el eslabon perdido, pero como dije, la justicia llega con demora. Dichosa burocracia.

Todos lo saben. En boca cerrada no entran moscas.

La droga en Almazora abunda tanto como sus fieles consumidores, no es de extrañar que cada dos por tres hagan redadas. Muchas familias alimentan durante los fines de semana las neuronas "dels Chanets" con la paradoja de la serotonina. Alguien tiene que hacer de señuelo, alguien tiene que pagar los platos rotos por todos los demás, lo que no esperaba era que se llevaran a quien más lo deseaba. La expectación era enorme.

El vecino de apie ya suspira.

Se respira la calma que eyaculó la tormenta. Pero un barrio de toda la vida vuelve por un momento a ser lo que era, aunque el parque, mi parque, nuestro parque, siga lleno de escandalosos gitanillos. He procurado ser neutral y aséptico siempre en lo relativo a la información, y no lo he sido nunca en lo relativo a la opinión. Mucha gente, del más variopinto pelaje ideológico y personal, ha expresado aquí, sus opiniones con absoluta libertad. También lo he hecho yo cada vez que, nítidamente, hablaba en primera persona.

El tiempo dirá en qué queda todo esto.

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